Sigo igual. Sigo como siempre. Sigo viendo caras aquà y allá. Paseaba junto a la playa de Ribadesella. En la orilla de enfrente hay unas casas construidas en plena ladera. Una de ellas me estaba mirando con sus ojitos cuadrados y su cara de asombro. Seguimos caminando, unos metrás más allá me volvà y seguÃa mirándome. Tengo dudas si no me quitaba el ojo de encima por lo bueno que estoy o porque tras la papeada correspondiente estaba a punto de reventar, no lo tengo claro pero prefiero ser positivo y quedarme con la primera opción.