Otro de los lugares que tengo en la lista de visitas pendientes es el Museo de Arte Moderno de Santander. Recordando los gratÃsimos momentos que me proporcionaban las visitas a su homólogo, el MARCO, no sé cómo he podido resistirme sin visitarlo ya y más habiendo visto el cartel que tienen a la puerta.
Párrafos como éste prometen una plétora de momentos jocosos, transversales, atemporales y descentralizados.
Pasar le he pasado un rato de veces por delante… a ver si me animo, venzo el miedo al ictus cerebral por exceso de arte sobrevenido y entro armado con mi cámara para dejar constancia de las maravillas que seguramente alberga su interior.