Oye, que no tiene fin el cuento éste de los candaditos. Siguen, y siguen, y siguen. Vaya donde vaya me los encuentro por todas las esquinas. Ni esquinas, incluso directamente en una cadena que cierra el paso a la pasarela que permite acceder a los pantalanes de Puertochico.
Además éste es de los románticos de verdad, con corazoncito grabado en ambas caras, iniciales en el interior de los corazoncitos y fecha en un lateral. Es decir, de acuerdo al reglamento y listo para revista.
En cambio, en Castro Urdiales tocaba orgÃa de candados. Hala, venga, todos al mismo sitio como si no hubiera más barras o más verjas. Cuando no quepan más supongo que pasarán a enganchar candados a los candados y asà hasta el infinito y más allá. Qué raro que aún no se le haya ocurrido a nadie plantearse batir el récord mundial de candados en la misma valla, señores del mundial de vela 2014, aqui tienen un ejemplo de evento festivo-folkórico-amoroso para celebrar y difundir durante las jornadas de competición.